sábado, 25 de febrero de 2012

Eran



Quise alguna vez, subir hasta la cima de tu nombre. Eran los árboles amantes de todos los caminos que me llevaban hacia ti.

No entendía de otros corazones que al rozarte, te hacían olvidarme, no sabía de huellas olvidadas y escondidas, de caricias ocultas en rincones olvidados, de miradas inalcanzables imposibles de ocultar.

Eran apasionados los recodos de tu cuerpo entre mis manos, angustiosas las esperas al no escucharte, lastimosas las primaveras llenas de ausencias no tuyas, pero sí de lo que me entregabas.

Eran tus besos las caricias que nunca comparto al despertar.

El aire sigue oliendo a tu nombre, tu perfil persigue mi realidad.

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